viernes, 13 de noviembre de 2009
Estaba encerrada en la torre, donde casi tocaba las nubes, invisibles para tus ojos. Encerrada por la bruja, la malvada bruja, que se reía sin más pesar de la historia. Tú, tu que llegaste al pie de la torre, y entraste, y entraste a salvarme, a rescatarme de la torre infernal, donde los sueños no se hacen realidad. Y vinistes, y vinistes a por mí, y tras derrotar a la malvada bruja del país de Nunca Jamás, quien desaparecía entre un humo azulado. Y bajo aquel odioso lugar, del que nunca jamás volvería a hablar, pero que no podría olvidar, te acercaste a mí y me besastes, me besastes dulcemente...
Y despierto, despierto del maravilloso sueño, comprendiendo que no era real... Sin duda, seguía encerrada donde los sueños NUNCA se hacen realidad.